martes, 30 de octubre de 2012

Historia de una bicicleta secreta (y sorteada)



papeleta


Publicado por MasPublico SEVILLA //

“En apoyo a los compañeros detenidos defendiendo nuestros derechos en la huelga general del 29-M”, es la frase principal que se puede leer en las papeletas para el sorteo celebrado el viernes de la que ya se conoce como la “bicicleta secreta”, por haber pertenecido a Luis, un joven policía que durante medio año se infiltró en los movimientos sociales de Sevilla. Tras ser descubierta su verdadera identidad, Luis dejó atrás su inseparable bicicleta en una rocambolesca huida.
Fue en septiembre de 2011 cuando Luis, un joven de 26 años, rubio y musculado, comenzó a integrarse en el 15-M de Sevilla, movimiento que usó como puerta de entrada al resto de colectivos sociales y de la izquierda alternativa de Sevilla. Fue una joven la que dio la voz de alarma. Reconoció al chico como un antiguo camarero de una famosa discoteca de la ciudad y que por aquel entonces preparaba oposiciones para ingresar en el Cuerpo Nacional de Policía. El infiltrado negó ser ese camarero al ser preguntado por la chica.

A partir de ese momento, algunos de sus compañeros de los movimientos sociales comenzaron a sospechar y, al mismo tiempo, a realizar su propia investigación. “Llevaba varios meses con nosotros, era nuestro amigo, pero no conocíamos nada de su vida”, explicó uno de sus amigos más cercanos en el 15-M.
Algunas contradicciones en sus explicaciones y los frutos de la investigación pusieron el pasado mes de junio a Luis entre la espada y la pared, aunque sus compañeros le dieron una última oportunidad y le propusieron acompañarlo a su casa. Dos activistas se dirigieron a la supuesta vivienda de Luis utilizando una moto. Un tercero, junto al propio infiltrado, decidieron utilizar sus respectivas bicicletas. A mitad del camino Luis entró en un bar para ir al baño. Tardó “demasiado tiempo en salir”, explicó la persona que lo acompañaba. Luis salió y volvieron a subir en sus bicicletas, pero al girar una esquina fueron parados en un “control rutinario” de la Policía Nacional, que detuvo a este agente infiltrado en el 15-M. “Es que está en busca y captura”, se limitaron a explicar los agentes.
El acompañante, además de quedarse perplejo, se quedó con la bicicleta de Luis, que jamás volvió a participar en una asamblea y nunca más volvió a ir a un Centro Social Okupado, como el de San Bernardo, en el que se realizó el sorteo de su bicicleta el viernes.
Papeletas con mucha guasa
La papeleta para entrar en el sorteo de la bicicleta olvidada por Luís se vende a un euro y servirá para pagar los gastos de los juicios de varios piquetes de la última huelga general que fueron detenidos. Según se puede leer en la papeleta, la bicicleta “es ideal para misiones de infiltrados”, así como para personas que alguna vez hayan soñado “con ser agente secreto”.
No obstante, los organizadores del sorteo no consiguieron vender todas las papeletas. Para asegurar que el boleto premiado estuviera presente en el sorteo, se sacaron diez números. Sólo dos personas de la fiesta, celebrada en el Centros Social Okupado ‘Sin Nombre’, tenían papeletas premiadas, un chico y una chica. Fue finalmente un duelo a ‘piedra, pepel tijera’ el que decidió a la premiada. Fue la chica, de Ciudad Real.
Hace una semana Luís fue visto en una céntrica plaza de Sevilla. “Fuimos a tomar algo y lo vimos, y él a nosotros”, asegura una joven del 15-M sevillano, que explica que cuando el hombre se percató su presencia hizo una llamada telefónica. Pocos minutos después, hicieron acto de presencia en la plaza dos policías nacionales en moto. La Policía nunca desmintió, ni confirmó, la infiltración del agente.

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